¿Recuerdas dónde estabas cuando un ataque de denegación de servicio (DDOS) tumbó el sitio web de la Iglesia de la Cienciología?
¿No? ¿Y cuando se atacó el sitio web de Paypal? ¿Tampoco?
Estos ataques fueron perpetrados por el colectivo hacktivista descentralizado Anonymous y tú probablemente no lo recuerdas porque, a diferencia de un ataque terrorista, no te causarían más que algún inconveniente.
Anonymous es un grupo desperdigado de programadores que se organiza a sí mismo para coordinar protestas online. Este método incluye ataques DDOS a sitios web, hackear servidores de organizaciones y filtrar documentos. Pero Anonymous nunca ha usado sus capacidades para dañar físicamente a otro ser humano.
Así pues, ¿por qué el gobierno de los Estados Unidos los trata de igualar con grupos terroristas como al-Qaeda y ciertos ciberespías?
Un reportaje en el The Wall Street Journal indicó que la National Security Agency (NSA) clasifica a Anonymmous como una potencial amenaza. El director general de la NSA, Keith Alexander dijo oficialmente que Anonymous podría ser capaz de provocar "un corte eléctrico en toda la nación a través de un ciberataque". No nos tomes el pelo, NSA; esa afirmación es absurda.
En primer lugar, intentar tratar a Anonymous como una organización terrorista por un crimen que no ha cometido y ni siquiera ha planeado es abrir las puertas peligrosamente para acusar al grupo de criminales por pensar.
En segundo lugar, si un crio de 15 años con la máscara de Guy Fawkes pudiera causar un corte en el fluido eléctrico por correr un programa en su computadora... entonces sí habría un gran problema que considerar.
De hecho, Anonymous jamás ha intentado actuar de una forma que pudiera causar tanto daño al público como un corte en el suministro eléctrico. Se involucran en actividades ilegales, si, pero ese es precisamente el punto de la desobediciencia civil. Anonymous está más cerca de la gente que rompe algunos vidrios para protestar que de cualquier grupo terrorista actual. Ellos simplemente persiguen sus objetivos usando diferentes tácticas.
Los ataques DDOS de Anonymous constituyen una forma de protesta online. Ellos pueden causar inconvenientes y ser potencialmente dañinos para las organizaciones que son el objetivo de sus protestas pero de ninguna manera son una amenaza letal.
Filtrar documentos es un asunto algo más oscuro. A pesar de ello, si bien puede ser éticamente discutible, estas fugas de información son habitualmente beneficiosas para el publico en general. Se puede decir que haber filtrado documentos del Pentágono, de la guerra de Iraq, de Afghanistan o cables diplomáticos son ejemplos de información al público y una forma de hacer más transparente un gobierno.
Es más, si echas un vistazo a la lista de actividades en las que ha estado involucrado Anonymous podrías encontrar una buena cantidad de ellas con las que estarías totalmente de acuerdo.
Durante la "primavera árabe", por ejemplo, Anonymous tumbó varios sitios web relacionados con los gobiernos de los países envueltos en las protestas y la revolución.
Otras acciones incluyeron la caída de los sitios web de la RIAA y la MPAA siguiendo la ola de protestas contra las leyes SOPA / PIPA, ataques contra PayPal, Visa y MasterCard en respuesta a la presión que ejercían contra Wikileaks y acciones que fueron una gran ayuda para popularizar y promover el movimiento Occupy Wall Street.
Y esas acciones son la razón exacta por la que Anonymous está ahora en el punto de mira. El grupo no representa amenaza alguna para el público en general, pero sí plantea un desafío para instituciones autoritarias.
Como una organización anarquista Anonymous usualmente centra sus objetivos en el poder centralizado como las corporaciones y organizaciones gubernamentales.
La disidencia y la desobedicencia civil son completamente contrarias con los objetivos de instituciones establecidas que están fuertemente enraizadas en el status quo.
En este contexto, no es sorprendente que la NSA tenga como objetivo destruir Anonymous.
Y, sin embargo, debemos recordar que todas las acciones de Anonymous no son más que desobediencia civil y ruptura con los hilos del poder que mueven las actividades económicas y atentan con los derechos civiles árduamente conquistados.
Sus acciones pueden ser ilegales pero la legalidad no es lo que define una protesta. Si no, tendríamos que empezar a mirar al Boston Tea Party de una manera completamente diferente.
Recuerda, Anonymous no tiene al público como objetivo y no debería ser tratado como una organización terrorista. Pero puedes apostar que la NSA sacará tiempo útil para protegernos de otras amenazas reales con tal de que Anonymous no haga caer temporalmente algunos sitios web.
No lo olvides nunca.
David Scheuermann
Artículo original, en inglés.
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