¿Vale la pena ser un apátrida?

Apátrida es cualquier persona a la que ningún estado considera que está bajo su legislación. El plantear si vale o no vale la pena depende de varios factores y, entre ellos, por supuesto, el que esta situación sea voluntaria o involuntaria.

El caso Mike Gogulski

Es posible ser apátrida por convicción.  Como Mike Gogulski [@MikeGogulski] que renunció voluntariamente a su nacionalidad estadounidense: "¿Por qué querrías ser parte de la más grande y más criminal organización del mundo? Precisamente esto es lo que esa nación representa para mi."

La invasión de Iraq por parte de los USA en 2003 acabó de convencerle de que no quería ser parte de ese país. Emigró a Slovakia y se dirigió a la embajada de los Estados Unidos para renunciar a su nacionalidad. A las pocas semanas recibió un certificado que decía que ya no era ciudadano de los Estados Unidos.

Como, desafortunadamente, no es posible circular por el mundo sin un documento de identidad se dirigió a la oficina de inmigración de Slovakia y allí le dieron un pasaporte de apátrida.

"Ahora tengo un documento oficial de la Convención de 1954 el cual me permite viajar libremente dentro del Area Schengen (que incluye también a algunos paises no pertenecientes a la Unión Europea). Fuera de esa área necesito obtener un visado, para América también. No sé si alguna vez podré regresar a mi antiguo país porque no confío en ese estado después de todo. Son capaces de arrestarme por haberles dado la espalda."

Apátrida puede ser una situación mucho mejor que la de inmigrante ilegal

En primer lugar porque no pueden deportarte a país alguno (*). No perteneces a ningún país.

En segundo lugar porque según la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954 debes ser tratado, como mínimo, como cualquier extranjero. Por tal motivo, dentro del marco legal, puedes trabajar por tu cuenta o ser contratado así como realizar cualquier otra actividad que un extranjero pueda realizar.

En resumen

- Ser apátrida puede ser, como lo es de hecho, una situación dramática para muchísimas personas que no son reconocidas por ningún país por motivos políticos, culturales, étnicos o de otra índole.

- Ser apátrida puede ser también el resultado de una convicción personal y una opción ética; una forma de activismo o un modo de vida libremente elegido.

- Ser apátrida, en algunos casos, pudiera ser la solución más digna para las personas que, por las circunstancias que sean, deben emigrar de su país de origen en condiciones extremas para vivir una situación confusa como inmigrantes ilegales en otro país. Si ya no te sientes parte de tu país de origen y quieres establecerte en otro sitio tal vez sea mucho mejor renunciar a aquella nacionalidad y ser apátrida.

Finalmente, en un mundo ideal, ningún ser humano debería ser ilegal en ninguna parte.



Notas y referencias

(*) El artículo 31.1 de la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas dice: "Los Estados Contratantes no expulsarán a apátrida alguno que se encuentre legalmente en le territorio de tales Estados, a no ser por razones de seguridad nacional o de orden público". Y, aún así, la dificultad es evidente puesto que para expulsarlo tiene necesariamente que ser admitido por algún otro país.

- Mike Gogulski (Wikipedia, english)

Mike Gogulski and the Citizens of Nowhere.

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