Lo esencial cada mañana al levantarnos, lo único imprescindible en el camino espiritual, es conectarse con el espíritu y agradecer su presencia y las experiencias que nos traiga durante el día.
No importa qué dios sea nuestro predilecto, qué entidad abstracta o energía benevolente nos sirva de faro en medio de la niebla, ni siquiera si nuestra conexión es con los ángeles, guías o maestros ascendidos.
Lo que es imprescindible es abrir nuestro corazón hacia el misterio inexplicable tanto al ir a dormir, pidiendo ser conscientes de los sueños, como nada más despertar. Salir de esta cárcel del consumismo y del trabajo asalariado, de las ideas sobre la lucha contra los demás y del temor a la muerte.
Según pasan los años, el vínculo con lo espiritual va creciendo, después de los amigos, de los estudios, de criar una familia, empieza la etapa de las preguntas sin respuesta y de las prácticas para disolver la propia importancia.
Hasta alcanzar el momento del intento, y entonces enfocamos nuestra voluntad en el contacto con el espíritu, en el deseo de abrirnos al amor verdadero y al sentimiento de belleza y unidad con todos los seres, y con todos los planos de la naturaleza. Con el tiempo, cuanto más perdemos en apariencia externa, más ganamos en perspectiva interna. Todo cambia sin descanso, está en permanente flujo, y nuestras ideas deben ser transparentes y flexibles sin permitir que nos encadenen al pasado.
Estamos aquí para hacer brillar el hábito sin costuras del alma y compartir ese resplandor con los demás, para que ellos también emprendan su propio y original camino.
Cada mañana invoquen al espíritu y sientan la conexión con la grandeza del fuego interno y del amor que son. Así podrán enfrentar cualquier desafío que se presente y vivir cualquier dificultad como oportunidad de transformar la oscuridad en luz, ganando en experiencia.
Gracias por un día más de existencia y por el amor que me traerá hora tras hora. Amo mi vida y me amo, amo esta tierra fértil y mi corazón es sensible a su poder y a su belleza. Yo soy luz y amor, soy felicidad y paz de corazón. Yo soy.
Gracias por un día más de existencia y por el amor que me traerá hora tras hora. Amo mi vida y me amo, amo esta tierra fértil y mi corazón es sensible a su poder y a su belleza. Yo soy luz y amor, soy felicidad y paz de corazón. Yo soy.
Emilio Fiel.
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