Seguir el camino del Alma, al menos inicialmente, parece un acto de fe. En su opinión, ¿Cuáles son las motivaciones que llevan a poner la personalidad al servicio de su Alma?
Para mi la cuestión se complica porque, teniendo en cuenta lo que he visto a lo largo de mi camino y que he conocido a muchas personas que afirmaban seguir el camino de su Alma mientras que, en la realidad, carecían de alicientes y era el ego quien necesitaba dar un paso hacia delante.
Quiero decir que, la búsqueda espiritual no es fácil y lleva su tiempo y para algunos, es la excusa para expresar las necesidades de su personalidad.
Una sensación de poder, de orgullo disfrazado.
Cualquier persona que se involucra abiertamente sobre su propio camino, ha de examinar constantemente su consciencia para evitar trampas muy sutiles, las trampas de esta vida y este mundo.
Es muy fácil servir a la propia personalidad encarnada disfrazando que se está al servicio del Alma, del Espíritu o del Divino.
Es muy fácil mentir y me parece que nadie es inmune a dar un paso en falso.
Dicho esto, estar al servicio de la Luz, representa un acto de fe, ya que avanzas por un camino sin marcas.
El camino del Alma no permite medias tintas, requiere que constantemente asumas riesgos, es necesario saberlo desde el principio.
En su vida cotidiana ¿Cómo se traduce "servir a su Alma"?
Nunca pienso en "servir a mi Alma". Sólo quiero jugar mi papel lo mejor posible.
En mi caso, implica la escritura y la enseñanza oral pero también, mi implicación en las mil cosas que forman parte de mi vida cotidiana.
En mi caso, es una disposición de mi Ser al servicio de la Presencia Divina. Nunca tengo el deseo de "trabajar para mi Alma", está fuera de mis preocupaciones. Hago lo que siento que tengo que hacer para ofrecer lo mejor que vive en mi. Esto genera una especie de meditación permanente que da color a mi vida.
¿Qué cree que nos frena para que la personalidad se ponga al servicio del Alma?
¿Cómo superar esa resistencia?
"Creer sin creer" me parece el principal obstáculo que bloquea el ponerse al servicio de la Luz.
Quiero decir que realmente pocas personas logran vivir su fe, lo que ellos dicen creer.
Es fácil decir "Creo en..., Creo que..."
Miles de millones de creyentes de todas las religiones del mundo dicen esto desde hace miles y miles de años pero, no consiguen avanzar.
¿Por qué? De forma mecánica creen en una herencia, en una autoridad, una tradición, en lo que hay que creer y en lo que no.
Mientras no haya una experiencia personal que nos alimente desde el interior, todo quedará en letra muerta.
Hay que permitir que la consciencia se desarrolle, es la práctica lo que la mantiene viva.
La mayor parte del tiempo nuestros reflejos mentales lo controlan todo.
Nuestros actos de fe o de incredulidad son fruto de condicionamientos ancestrales, rara vez reflexionamos sobre ello.
Muchos de nosotros vivimos en constantes contradicciones.
Pocos tienen el coraje de ir tras sus pensamientos y comprometerse.
Esto expresa una especie de pereza del Alma, de falta de voluntad.
Creo que esta falta de voluntad y la inconsciencia es una de las enfermedades que más sobresalen en nuestra humanidad.
¿Cómo actuar ante esto?
Tomando una decisión firme y renovada, dejar de mentirnos a nosotros mismos. Tener el coraje de preguntarnos frecuentemente: "¿Qué es lo que realmente me importa? ¿Cuál es el significado que quiero darle a mi vida?"
El autoengaño es como una hierba silvestre que debemos cortar constantemente.
Para ello es importante tomarnos nuestro tiempo para mirar dentro de nosotros.
La meditación se utiliza para esto pero, es inútil si no se lleva a la vida cotidiana.
Hay que embarcarse en pequeños desafíos diariamente, es una buena herramienta para ir borrando tranquilamente y sin resistencias esta personalidad encarnada.
¿Qué beneficios te aporta poner tu personalidad al servicio de tu Alma?
Como he dicho antes, en mi caso no se plantea en términos de elección ya que mi camino, se dibuja por sí mismo.
Sin embargo, mi compromiso voluntario me dio mucha confianza. También determinación.
Tengo la suerte de vivir de lo que creo. No me adhiero a ningún tipo de filosofía.
Esto no excluye la existencia de dificultades que puedan surgir o de sufrimiento pero, me da fuerza y confianza en el propósito constructivo de lo que aparece en mi camino.
Tampoco temo a la muerte y esto es importante porque, cuando no le temes, tampoco le temes a la vida y puedes mirar más pacíficamente a todas tus expresiones y atreverte más.
Entonces, el horizonte, sólo puede ser brillante.
Extracto de Tierra de Luz.
Traducción: Semillas Solares.
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